domingo, 31 de octubre de 2010

Lengua y estilo del editorial

Luis Alberto Hernando Cuadrado, Profesor Titular de Lengua Española, Facultad de Filología
Universidad Complutense de Madrid


El editorial constituye una pieza clave, no sólo de la sección de opinión del periódico, en la que sin lugar a dudas ocupa un lugar preferente, sino de todo el medio, debido fundamentalmente a que a través de las ideas expresadas en él se evidencia la posición adoptada por la empresa con respecto a las noticias que publica.
En este sentido, el editorial es definido por José Luis Martínez Albertos (1983: 379) como el artículo periodístico sin firma que explica, valora y juzga un hecho noticioso de especial importancia. Este juicio colectivo e institucional se formula de acuerdo con una convicción de orden superior que refleja la postura ideológica de cada periódico.
La situación del editorial en la sección de opinión, a la que abre y preside, pone de manifiesto la importancia que se le concede y la trascendencia que tiene. El editorial recibe asimismo un tratamiento tipográfico de distinción con respecto a los restantes textos de la sección tanto en el tipo o tamaño de letra como en la extensión de la columna.
Aunque el editorial tiene carácter anónimo, por no llevar firma, es de destacar la estratégica colocación de la mancheta con los nombres y cargos del equipo directivo del periódico junto a él, cumpliendo, en cierto modo, la función de rubricarlo. Cabe señalar igualmente que el editorial, debido al hecho de no llevar firma, es un género específico del periodismo escrito. Tanto en los espacios radiofónicos como en los televisivos las opiniones que se emiten se encuentran siempre avaladas por la autoría de quien las expresa
No existe un criterio fijo en cuanto al número de editoriales que se hayan de publicar a diario. En el extranjero, hay periódicos que publican uno, y otros, hasta tres. Incluso los hay que no publican ninguno y otros que lo hacen en días alternos. En nuestro país, estas últimas posturas constituyen excepciones. Sin embargo, en la prensa norteamericana es más frecuente encontrar diarios que no incluyan editoriales.
El estilo del editorial responde al denominado de solicitación de opinión (Dovifat, 1959: I, 129) o editorializante (Martínez Albertos: cap. 13), propio, no sólo del editorial, sino también de la mayor parte de los textos de opinión.
Aunque existe una predisposición general entre los expertos en estas cuestiones a propugnar una gran libertad de expresión literaria al redactar artículos editorializantes, en el caso del editorial propiamente dicho se observan ciertos preceptos en relación con su lenguaje y especialmente con la estructura interna de su desarrollo.
El editorial, al actuar como portavoz de la conciencia del periódico en que se inserta, suele distinguirse por su tono contenido y su seriedad lingüística. Por eso, ciertos giros desenfadados, toques humorísticos o desgarrados que pueden tener cabida en un comentario, un ensayo, una crónica o una crítica, no se admiten fácilmente en el editorial.
El editorial, al consistir en una toma de posición acerca de una cuestión debatida ante la que se perfilan actitudes y opiniones públicas diversas, también presenta, por regla general, otras notas estilísticas (claridad, concisión y, a ser posible, brevedad) afines a las que definen el estilo informativo, con lo que el lector se encuentra en condiciones de captar sin excesivo esfuerzo la postura patrocinada por el periódico.
Al redactar esta clase de textos debe quedar eliminada la utilización del yo del escritor, ya que quien razona y opina en el editorial no es un periodista determinado, sino el periódico en bloque como institución social de innegable personalidad política, lo cual explica el tono mayestático que se adopta en ocasiones, del que no conviene abusar porque podría llegar a incurrir en el engolamiento y la ridiculez.


ESTRUCTURA
En el desarrollo de la estructura interna del editorial, cualquiera que sea el modelo que se adopte, se siguen estos tres pasos:
a) Comienza con la noticia, que es el punto de partida del editorial. Esta exposición, debe ser breve, ya que la información con los detalles se incluye en los espacios informativos del periódico. El autor del editorial, ya desde el primer momento, aprovecha la ocasión para valorar a la vez el acontecimiento.
b) El cuerpo del editorial puede tomar las formas de interpretación, opinión, reacción o incluso, a veces, de instancia a la acción, quizá a la oposición, dependiendo del punto de vista que se adopte sobre el tema.
c) Cierra el texto un breve párrafo con el que se hace hincapié en el punto más importante del editorial o se recapitulan los razonamientos anteriormente expresados.
Algunos especialistas consideran indicado para el proceso de razonamiento del editorial el esquema que tiene en cuenta la lógica y como arma el silogismo, integrado por:
a) Premisa mayor general; b) Caso concreto; c) Conclusión deducible.
Según Bartolomé Mostaza (1966: 184), la enunciación del tema, el planteamiento, es lo primero. Lo segundo es exponer sus implicaciones y sus consecuencias, o sea, operar con él, manipularlo, desmontarlo en piezas. Lo tercero es emitir un fallo o censura y adoptar, en consecuencia, una conducta, ofrecer una solución, trazar un rumbo.
Entre los rasgos comunes del editorial, se encuentra la preocupación por construir el texto sobre la base de un comienzo y un final reflexivamente elaborados. Si en el primer párrafo el editorialista descubre el tema general que le ha movido a escribir, en el final debe dejar clara la conclusión o solución que da al problema.

FUNCIONES
El editorial puede cumplir diversos cometidos. Se decante o no por uno de ellos, siempre se encuentra ligado a la actualidad, ya que su relación con un hecho reciente es lo que le otorga su carácter de mensaje periodístico y lo aleja de ser considerado como un ensayo breve. Teniendo en cuenta la clásica formulación del periodismo norteamericano, podemos asignarle con Luisa Santamaría (1990: 65) las cuatro funciones siguientes:
a) Explicar los hechos. El editorialista destaca, de la manera que juzga más adecuada, la importancia de los sucesos del día, explicando a los lectores, por ejemplo, cómo ha ocurrido un hecho, qué factores han intervenido en el cambio de actitud de un gobierno o en qué forma unas nuevas medidas podrán afectar a la vida social y económica de una comunidad.
b) Dar antecedentes. Además de reconocer la importancia de un hecho determinado, el editorialista lo sitúa en su contexto histórico, relacionándolo con otros ocurridos anteriormente. Al analizar la tendencia a corto plazo de los acontecimientos, procura resaltar su continuidad, ofreciendo, en ocasiones, paralelismos sumamente instructivos y orientadores para el lector.
c) Predecir el futuro. Tras analizar los acontecimientos presentes, el editorialista siente la necesidad predecir, partiendo del hoy, los hechos del mañana que ve como inevitables a la luz de la experiencia de situaciones similares, siguiendo unas normas de razonamiento lógico.
e) Formular juicios. Los editorialistas, dada su condición de guardianes no oficiales de la conciencia pública, emiten juicios de valor, como cualquier otro intelectual, defendiendo su postura al dar cuenta a los lectores de lo que consideran que está bien y lo que está mal en el mundo.

CLASIFICACIÓN
Las clasificaciones más frecuentes que nos ofrecen los manuales de periodismo guardan una estrecha relación con las épocas en que el editorial ejercía una acción casi exclusivamente persuasiva, llevada a efecto con una cierta carga de ideología y argumentos contundentes. Desde esta perspectiva, se pueden citar los siguientes tipos de editorial:
a) Expositivo. El editorialista enuncia hechos conectados desde un punto de vista particular, sin añadir conceptos que revelen una posición abiertamente definida, ofreciendo al receptor un muestreo seleccionado de elementos de juicio.
b) Explicativo. Manifiesta las presuntas causas de determinados acontecimientos y los analiza con vistas a una comprensión clara de las interrelaciones de sus elementos.
c) Combativo. Característico de las posiciones doctrinarias, en pugna ideológica unas con otras, constituye un instrumento de lucha de clases o arma de reivindicaciones sindicales. Se vale de la denuncia oportuna, de la explicación unilateral o de la exposición de motivos y hechos cuidadosamente seleccionados. Acentúa la protesta, la condena o la oposición intransigente, en una lucha desenfrenada por la captura de adeptos.
d) Crítico. Hace las veces de juez en nombre de la opinión pública, mostrando cuidadosamente ante el ente abstracto que dice representar una imagen de imparcialidad e independencia absoluta. Es el editorial preferido por los periódicos que se proclaman a sí mismos "órgano independiente".
e) Apologético. Divulga en el tono más apasionado posible las bondades de un sistema de gobierno.
f) Admonitorio. Con un tono sereno, reflexivo y, en muchos casos, paternal, exhorta al lector al cumplimiento de ciertas reglas; lanza advertencias contra los peligros; aporta ejemplos de experiencias anteriores, y hace llamamientos al orden y la concordia.
g) Predictivo. Sobre la base del análisis de situaciones, diagnostica resultados de índole social y política; anota posibilidades con fundamentos estudiados, casi científicos.

EL CASO DE LOS MINEROS CHILENOS: ¿RESCATE O SUJECIÓN?

A doce días del rescate efectuado a los 33 mineros chilenos, que durante 70 días vivieron atrapados en la mina San José de Chile, a setecientos metros de profundidad gran parte de la sociedad se pregunta por el sentido de este rescate. En su aspecto más humanitario el esfuerzo realizado por un equipo enorme de personas que pusieron lo mejor de sí, apoyados por tecnologías de punta, resulta loable y marca un hito en la superación de este tipo de problemáticas. Pero a partir del día después, cuando el objetivo primero sostenido por el miedo y la incertidumbre llegan a su fin comienzan a asomar cuestiones que se ubican en un lado diametralmente opuesto al de la gran epopeya.De aprovechar un éxito que se iniciaba con ribetes trágicos a esta otra situación de recrear una pintura de la nueva vida de estos hombres hay un largo camino. Mejor dicho, es un borde, una cornisa que apenas separa la bella y la bestia que porta toda la sociedad.Del miedo más primitivo hasta este paseo dado en premio por el mundo. Medallas de Bicentenario que el Estado Chileno les otorga como hacedores de una hazaña, siendo que de golpe pasaron de ser víctimas a héroesHoy la demanda realizada por 5300 millones de dólares a la empresa responsable por desidia en este accidente por parte de las autoridades chilenas ya nos está exhibiendo la otra cara de la moneda. Bién cierto es que no se escatimaron ni gastos ni esfuerzos para salvan la vida de estos 33 hombres. ( ¿Alguien hoy menciona la humanidad de estas personas sometidas a la desesperación, el hambre, el miedo y la incertidumbre? ¿Realmente podemos creer que estan siendo honrados en su dignidad, integridad, privacidad y acomodamiento que merecen o se los está tratando simplemente como trofeos de guerra?Hasta donde llega la sujeción por parte de un sistema cruel, calculador, que primerea los intereses políticos y económicos, diplomáticos y sindicales, internos y globalizados, cuando se trata de no dejar en el olvido la palabra rescate.Si ese fue el gran acontecimiento que marcó un antes y un después para muchos mineros en el mundo que hoy conocen que existe una posibilidad para el riezgo que generacionalmente han venido sosteniendo, no es para que la liberación los expulse nuevamente a otro submundo, que no es bajo tierra, que sobrevuela pero que mide fríamente la conveniencia o no de un simple batir de alas.En el tratamiento de esta continuidad habrá que saber capitalizar lo bueno y practicar la justicia de una reparación merecida, equitativa y solidaria, que se convierta en modelo para este tipo de actividades que hermana las riquezas y las pobrezas más extremas. Patricia Martínez Dufour

domingo, 24 de octubre de 2010

“Medios, política y democracia”, crónica de una charla

En el marco del segundo día del IX Congreso Nacional – II Congreso Internacional sobre Democracia, el martes 19 de octubre a las 18hs en el aula 304 de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, UNR; tuvo lugar la mesa Especial titulada: “Medios, política y democracia”. Los panelistas fueron: Alfredo Montenegro (docente de la UNR) y Leo Ricciardino (periodista de LT8, Canal 5 y Rosario 12); y la coordinación estuvo a cargo de Orlando Verna (docente de la UNR).

Los expositores trataron distintos temas de actualidad desde 2 ejes: “quién dice qué” y “cambios tecnológicos, políticos y estructurales”, en un diálogo fluido con los concurrentes quienes pudieron guiar con sus preguntas la fructífera charla; lo que la diferenció de otras del congreso en las que las preguntas estuvieron presentes sólo al final y limitadas por una cuestión de escaso tiempo y excesiva cantidad de asistentes.

Leo Ricciardino rescató el valor de la disputa “Gobierno - Clarín” en cuanto a disputa generadora de interrogantes saludables en toda masa ciudadana y resaltó la recuperación de la palabra por parte de la política.

También trataron la incorporación de nuevas tecnologías informáticas como “Twitter” y “Facebook”: Ricciardino y Montenegro coincidieron en verlos como una alternativa pero afirmaron que no cambia el oficio del periodista cuya labor principal es chequear las fuentes antes de publicar alguna información; “No es cierto que todos se conviertan en periodistas por subir cosas a la web” señaló
Ricciardino.
Ahondando más en el tema de redes sociales se concluyó que las mismas constituyen un “periodismo de periodismo” que al no buscar el porqué se quedan en el qué contaminando la información. También señalaron la “sensación irreal” que tienen los usuarios de participar activamente simplemente a través de un clic en grupos de Facebook o similar.

En cuanto a la sancionada Ley de Medios se manifestaron a favor y Montenegro opinó que “Con la nueva ley ya no hay más excusas para los que quieren hacer algo desde la comunicación, hay muchas posibilidades”, y agregó: “Hay que saber manejar a la tecnología que a veces nos da tantas alternativas que nos sentimos abrumados”.

Por último respondieron a preguntas de la audiencia relacionadas con el reciente conflicto de los trabajadores de las radios LT3 y LT8 con el grupo empresarial rescatando la cohesión de los trabajadores para resistir desde un gremio fuerte.
Montenegro manifestó que la presión entre lo que uno quiere publicar y los intereses empresariales se vive diariamente, pero que las alternativas hay que crearlas desde la unión entre los propios trabajadores de prensa que piensan por sí mismos y son críticos.

La conclusión de ésta amplia charla fue la necesidad de que los medios de comunicación se tomen seriamente el papel de reflejar la realidad buscando responsables. Se destacó la figura de Rodolfo Walsh ya que la labor del trabajador de prensa debe ser política y no meramente descriptiva.

Candela Díaz

viernes, 22 de octubre de 2010

1º parte... COMPARACIÓN DE LAS DIFERENTES VERSIONES SOBRE LA HISTORIA DE PAPEL PRENSA.

Análisis

CLARÍN


LA NACIÓN


ESTADO NACIONAL


POLITICA ONLINE

1972. La empresa nació de la mano de la Editorial Abril, de César Civita, luego fue adquirida por el grupo Graiver.

1976. cuando este último atravesaba graves problemas financieros con la quiebra de dos de sus bancos en el exterior, fue ofrecida por sus dueños a Fapel, sociedad constituida por los diarios La Nación, Clarín y La Razón.

Fapel había nacido dos años antes para construir otra fábrica de papel, pero decidió abandonar su proyecto para asegurar la continuidad del de Papel Prensa, empresa que en ese momento se encontraba endeudada y paralizada. La compraventa se llevó a cabo el 2 de noviembre de 1976. Fue una operación absolutamente legal y pública, anunciada en todos los diarios de la época.

1968. Nació la idea de los diarios argentinos de construir una fábrica que produjera papel en el país. Los motivos: el papel era importado, había vaivenes de su precio, las fluctuaciones del dólar y restricciones a las importaciones que aplicaban los gobiernos de turno para controlar y presionar a las publicaciones.

1972. Construcción adjudicada a Papel Prensa SA, una empresa constituida por la Editorial Abril, de César Cívita.

En forma paralela avanzaron otros dos proyectos. El primero, impulsado por Clarín, LA NACION y La Razón, que agrupados en la sociedad Fapel intentaron desarrollar otra papelera y, el segundo, Papel de Tucumán, impulsado por los diarios del interior, que sólo comenzó a operar muchos años después y para fabricar papel obra, planta que posteriormente perteneció a los grupos Bulgheroni y Pierri.

La presidenta expuso tres etapas en la historia de Papel Prensa:

* Primera etapa, el grupo fundador decide constituir, mediante una ley, un fondo para la construcción de una planta de pasta de celulosa, fijando derechos de importación del 10% para todos los diarios para la construcción de ese fondo.
Un 26% de las acciones pertenecerían al management de la empresa, un 25% al Estado, un 20% para los usuarios del insumo, otra parte para la cotización en bolsa y otra parte para los proveedores.

* Segunda etapa, el grupo Graiver compra las acciones a nombre de Daniel Graiver (funcionario durante la gestión del general Lanusse) y de testaferros.

* Tercera etapa, comienza a partir del 24 de marzo de 1976, se constituye la junta militar; en este marco se produce el apoderamiento de la empresa Papel Prensa. La viuda de Daniel Graiver es obligada a vender a Fapel S.A. cuyos dueños eran Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magnetto, Patricio Peralta Ramos.

Se origina en 1968 como un proyecto privado con participación estatal, y se adjudicó en 1972 a Editorial Abril. Estaba previsto que el Estado participara financieramente y que luego se fuera, algo que nunca hizo.

2º PARTE...LUEGO DE LA MUERTE DE GRAIVER

En ese momento no había salido a la luz la conexión del grupo Graiver con la organización armada Montoneros, vínculo que en marzo y abril de 1977 desencadenó el repudiable secuestro de varios miembros de ese grupo por la dictadura militar. Los integrantes del grupo Graiver, vendedores de la empresa, fueron ilegalmente detenidos 5 meses después de la venta de Papel Prensa y por imputaciones ajenas a este tema. Al momento de esa operación, los Graiver estaban libres: no habían sido secuestrados ni torturados ni amenazados por la dictadura gobernante.

Así surge de las causas en las que declararon en democracia, tanto ante el juez federal Miguel Pons como ante la Cámara Federal, en este caso luego de la condena a las Juntas Militares.

La compra también fue investigada, ya en democracia, por el entonces fiscal nacional de Investigaciones Administrativas, Ricardo Molinas, que no encontró irregularidades. En todos esos procesos declararon los hermanos Lidia y Osvaldo Papaleo y nunca mencionaron presión alguna de los diarios.

Lidia Papaleo también declaró en sede judicial que no participó de las negociaciones, que fueron llevadas a cabo por Juan e Isidoro Graiver, padre y hermano, respectivamente, de David Graiver. Ella sólo firmó en representación de su hija menor y por una parte minoritaria de las acciones que pertenecían a la sucesión de David Graiver. Pero la venta de esas acciones no se concretó porque el juez que debía aprobarla nunca se expidió. Así, pasaron al Estado Nacional junto con otros bienes de los Graiver.

(…) Primero dijeron que la empresa se vendió con los Graiver secuestrados; después, que se hizo en un intervalo de su secuestro, y finalmente, bajo presión de los diarios.

(ver más... contraposición)

Durante el gobierno de Juan Perón, Civita vendió sus acciones en Papel Prensa a David Graiver. Al morir el banquero, en agosto de 1976, y dadas las crecientes deudas financieras que afrontó el Grupo Graiver -que incluyó el colapso de sus bancos en Estados Unidos y Bélgica y reclamos por US$ 60 millones de la época-, su familia comenzó a vender sus activos. Fue entonces que Papel Prensa fue ofrecido por sus dueños a Fapel, que hizo una oferta por esas acciones, mientras que los Graiver también vendían los bancos Hurlingham y Comercial de La Plata.

La operación por Papel Prensa, se concretó el 2 de noviembre de 1976. Fapel compró las acciones a Galería Da Vinci -una empresa del grupo Graiver-, y a Rafael Ianover - testaferro de David Graiver-. Pero nunca se concretó la adquisición de las acciones de la sucesión del banquero, abierta por Lidia Papaleo en representación propia y de su hija, Sol Graiver, porque el juez que debía aprobarlo nunca se expidió. De este modo, Lidia Papaleo no participó jamás de las operaciones de compraventa.

A partir de marzo de 1977 -es decir, al año siguiente de la compraventa- serían detenidos los integrantes del Grupo Graiver.

Con el retorno de la democracia, en 1983, Papel Prensa continuó siempre en manos de los diarios. Desde entonces, nunca recibió ningún cuestionamiento administrativo o judicial por sus orígenes.

Cinco días después de la firma del último documento —la solicitud de autorización judicial—, varios de los integrantes de la familia Graiver fueron ilegalmente detenidos por la Policía de la Provincia de Buenos Aires comandada por Ramón Camps, siendo sometidos a un proceso militar acusándoselos de supuestas vinculaciones con agrupaciones subversivas, mientras que sus bienes fueron interdictos por la llamada Comisión Nacional de Recuperación Patrimonial (Conarepa).

En ese contexto, tanto los integrantes de la familia Graiver como las personas con las que tenían algún tipo de vinculación, fueron secuestrados y llevados a distintos Centros Clandestinos de Detención que funcionaban en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires,

El 19 de abril de 1977 el ex presidente de facto, Jorge Rafael Videla, junto a altos jefes militares anunció en una conferencia de prensa las detenciones de los miembros del Grupo Graiver, quienes llevaban aproximadamente un mes en calidad de detenidos-desaparecidos.

Agrega luego que el saldo de precio convenido por la forzada venta de las acciones de “Papel Prensa S.A.” fue consignado judicialmente ante la “desaparición de los acreedores” y la empresa fue intervenida.

El Acta Nº 14 de la Junta Militar, revela la acción concertada entre los diarios y la dictadura, la cual queda manifestada de manera contundente en la solicitada publicada el 19 de mayo de 1977 por los diarios La Nación, Clarín y La Razón.

Desde el origen de la suscripción del Convenio, en el año 1977, la Junta Militar y el poder económico y político encubrieron todas aquellas acciones que permitieron, finalmente, que los tres diarios consumaran no sólo el apoderamiento de bienes ajenos a un precio vil sino que protegieron, en silencio, que continuaran con las prácticas ilegales, concluyendo que los tres medios periodísticos urdieron una maniobra dolosa destinada a dirigir la empresa sin oposición alguna, generando operaciones de compra de papel para sus propias empresas con costos notablemente favorables, circunstancia que les permitió ejercer un control monopólico en la venta de papel para diario en detrimento de otros medios.

Estos elementos sólo permiten arribar a una única conclusión: los socios mayoritarios producen para su propio abastecimiento y no para la sostenida demanda del mercado interno, que se ve obligada a importar papel a un precio que supera en casi un 50%, al que ellos mismos se autoproveen.

"La junta militar establece un acta por la cual los tres compradores deben ofrecer a los demás diarios de la Capital y del interior hasta un 49% de las cantidades por ellos adquiridas, en las mismas condiciones de precio y plazo.

Esto pide la junta militar; luego, en el anexo 2, los representantes de los tres diarios manifiestan que no creían prudente ceder acciones a otros usuarios pues se 'debilitaría la conducción'. Luego Papel Prensa empieza a funcionar como una empresa que produce el principal insumo de los diarios y establece un extraño pacto de sindicalización con dos ejes fundamentales: cómo se venderían las acciones de Papel Prensa en caso de que uno de sus accionistas debiera vender y cómo iban a votar en representación de sus diarios. Deciden formar un comité directivo que estaría integrado por los dueños. Este era el sistema de decisión en Papel Prensa desde 1977 hasta hace pocos días, cuando tomo estado publico esto que estaba sucediendo".



Luego del golpe de 1976, Graiver muere en un accidente de aviación en México, nunca esclarecido. Su viuda y sucesora, Lidia Papaleo, comienza entonces el proceso de venta de sus bienes. Y entre septiembre y octubre, negocia con Fapel (sociedad de La Nación, Clarín y La Razón) la venta de su parte (63,9%) en Papel Prensa. En noviembre se efectiviza la operación en U$S 8,3 millones. Recién en marzo de 1977, varios meses después, aparecen las primeras denuncias sobre vínculos de Graiver con Montoneros”, argumentó Clarín.

La Nación, Clarín y La Razón ingresan en Papel Prensa SA en 1976 luego de la dictadura de Jorge Rafael Videla le arrebatara a la familia Graiver sus acciones de la empresa. Así lo contó el empresario Osvaldo Papaleo en una de las audiencias públicas.

“Yo vi a los tres grandes diarios de este país saquear una empresa de un grupo familiar que estaban todos presos, juzgados por un tribunal de guerra y condenados. Un tribunal que le sacó declaraciones bajo tortura”, dijo Papaleo.

(…) Entre agosto del ’76 y marzo del ’77, cuando la familia estaba liquidando sus activos, recibió una oferta por parte de Clarín, La Razón y La Nación para comprar Papel Prensa. De hecho, la tarde del día en que detienen a la mayoría de la familia, mi hermana, Lidia Papaleo de Graiver, asistió junto a Isidoro Graiver a una reunión con representantes legales y algunos miembros de los directorios de estas empresas para ver si se podía firmar una carta de intención para comprar la empresa. Esa noche son detenidos”.

“Empezamos a intentar que la familia Graiver fuera juzgada por la Justicia Civil y no por la Justicia Militar. Luego los Graiver fueron incluidos en lo que se llamó el acta institucional. Esto significaba que uno perdía los derechos civiles y económicos. Esto significa que todos los bienes de la familia pasaban a estar en manos de la Comisión Nacional para la Recuperación Patrimonial (Conarepa)”. “El 75% de Papel Prensa pasa a estar en manos del Estado. A fines del ’78 se convoca a una asamblea para tratar el tema accionario de la empresa. En ese momento me reúno con el abogado de Clarín, Bernardo Sofovich, quien me advierte que se va a realizar una multiplicación de las acciones y la posterior cesión a Clarín, La Nación y La Razón. Con la multiplicación, las empresas se aseguraban la posición dominante por más que la familia Graiver recuperara sus acciones. De esa asamblea no pudimos participar, nos fue prohibido”, concluyó Papaleo.

3º PARTE... EL DEBATE EN LA ACTULIDAD LO QUE SOSTIENE CADA UNO.




Los accionistas privados de Papel Prensa venimos denunciando desde hace casi un año un plan del gobierno nacional para apoderarse de la compañía y controlar el papel para diarios, insumo esencial de la prensa libre. Controlar el papel es controlar la información, y esto es lo que el Gobierno viene buscando a través de varias herramientas: la propaganda oficial, la ley de medios, el control del acceso a la información, el manejo militante de los medios públicos y la multiplicación de los medios paraoficiales. En los últimos días, esta intención de avasallar el derecho de la sociedad a la libre elección y expresión se reveló de manera muy clara con la cancelación de la licencia de un proveedor de Internet.

Esta misma matriz autoritaria y de control mediático es la que se viene revelando en Papel Prensa. El Gobierno ha elegido varios mecanismos para cumplir su cometido, y también ha elegido un personero para todos esos frentes, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien ha sido denunciado penalmente por La Nación y Clarín por llevar adelante un plan ilegal para hacerse de la compañía.

Moreno, pretendió arrogarse facultades judiciales y liderar una falaz investigación sobre la historia de la compañía, buscando convertirla en un caso de derechos humanos y de delitos de lesa humanidad, algo que le fue ordenado desde lo alto del poder y que resulta inconcebible hasta en las especulaciones más maquiavélicas.

Nunca, en 27 años de democracia, Papel Prensa recibió ningún cuestionamiento administrativo o judicial por su origen.

(…) El objetivo para la cúpula del poder es obvio: una nueva manera de ir contra la prensa independiente, en este caso a través del control de su insumo básico y del intento de criminalizar a los principales diarios del país.

El ex presidente Néstor Kirchner inició un plan para controlar los medios de comunicación que no le son afines. Para eso, inició una campaña contra Papel Prensa, una compañía privada en la que el Estado tiene una participación minoritaria. Clarín tiene el 49% de las acciones; LA NACION, el 22,49%; el Estado, el 27,46% en forma directa y otro 0,62% por medio de la agencia oficial de noticias Télam. El 0,43% restante cotiza en Bolsa. La empresa satisface el 75% del consumo local de papel para diarios (el otro 25% se importa sin aranceles), por lo que abastece a unos 170 diarios de todo el país.

(LO DICE EL DIARIO LA NACIÓN, PERO HABLA DEL ACCIONAR DE LA PRESIDENTA)

La presidenta Cristina Kirchner oficializó ayer la orden para que el Estado denuncie en la Justicia la compra de Papel Prensa.

Con sólo tres artículos, el decreto ordena al secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, que "ponga a disposición del Poder Judicial" el informe "Papel Prensa: La verdad" e intervenga como querellante "en las causas en las que se investigue la comisión de delitos de lesa humanidad en perjuicio de quienes fueran integrantes de la firma [la familia Graiver] y de otras personas con las que aquéllos tenían alguna vinculación".

El decreto 1210/10 instruye, además, al procurador general del Tesoro, Joaquín Da Rocha, para que "intervenga en las causas relacionadas con Papel Prensa relativas a prácticas desleales, actividades monopólicas, abuso de posición dominante, perjuicios al Estado nacional en su carácter de socio y a los restantes accionistas y a los adquirentes en Bolsa, así como en todas aquellas que pudieran surgir de las investigaciones que se realicen, efectuando las denuncias, reclamos y querellas que correspondan".

El Decreto lleva la firma de la Presidenta, del Jefe de gabinete, Aníbal Fernández y del ministro de Justicia Julio Alak.

En los fundamentos señala que las violaciones de los derechos humanos fundamentales alcanzaron un carácter sistemático durante la dictadura militar que usurpó el poder a partir del 24 de marzo de 1976.

Tal como surge del Informe “Papel Prensa S.A. La Verdad”, elaborado de conformidad con lo establecido en la Resolución de la Secretaría de Comercio Interior Nº 126/10, las autoridades de facto adoptaron la determinación, al conocerse la muerte del señor David Graiver, de disolver el grupo económico que aquél encabezaba, obligando a sus herederos a transferir las empresas que lo conformaban.

(LO QUE PLANTEA CRISTINA EN CADENA NACIONAL, “PAPEL PRENSA: LA VERDAD”)

"La idea es que no haya nadie que pueda controlar la palabra impresa por el manejo del papel, que era una forma indirecta de controlar quien podía tener un diario y quien no". Cristina expuso un editorial publicado por el diario Clarín titulado "El gobierno avanza en Papel Prensa para controlar la palabra impresa", e ironizó que "uno infiere que Clarín piensa que quien controla Papel Prensa controla la palabra impresa y yo quiero en esto coincidir con Clarín, claro, quien controla Papel Prensa controla la palabra impresa, porque Papel Prensa es la única empresa que produce en el país pasta celulosa para fabricar papel de diario, lo distribuye y lo comercializa como una empresa monopólica integrada verticalmente, porque va de la materia prima hasta el insumo básico y determina a quién le vende, cuánto le vende y a qué precio se lo vende se lo vende desde hace 33 años".

Hoy Papel Prensa es una empresa que cotiza en Bolsa, de la que son accionistas el Estado nacional con una participación del 27,46%, el Grupo Clarín, con 49% de las acciones y La Nación, con 22,49%.

Román, Rocío. Stip, Nadia.


martes, 12 de octubre de 2010

PAPEL PRENSA: la palabra de Clarín


La presidenta Cristina Fernández de Kirchner presento un proyecto de ley sobre Papel Prensa que se basa en la investigación judicial por la apropiación de las acciones de dicha papelera por parte del Grupo Clarín y La Nación.

El gobierno sostiene que La Nación, Clarín y La Razón, en 1976 y 1977, adquirieron las acciones de Papel Prensa complicados con el gobierno dictatorial, que exigió a Lidia Papaleo, viuda del banquero David Graiver a ceder la propiedad de la compañía.

Tras lo sucedido, el Grupo Clarín mantiene que dicha acusación es totalmente falsa y ratifica que la operación “fue efectuada de manera absolutamente legítima”. Además, acusa al gobierno de pretender apoderarse de Papel Prensa para controlar la información como ya viene buscando a través de la propaganda oficial, la ley de medios, el control del acceso a la información, el manejo militante de los medios públicos y el aumento de los medios paraoficiales.

Por todo esto, el grupo Clarín señala que el gobierno apela a innumerables mentiras, hechos que no ocurrieron, manipulación de testigos y tergiversa la historia con el propósito de criminalizar a los asociados de Papel Prensa con el objetivo de dominar los medios. Así, en contraposición al testimonio de Papaleo, remarcan que al momento en ser detenidos ilegalmente en la dictadura en 1977, la familia y los miembros del grupo, la operación de venta ya estaba concluida.

Finalmente, el Grupo Clarín asevera que “el abuso manifiesto del Estado para perseguir injustamente a los medios y directivos de empresas periodísticas es una clara muestra de autoritarismo y una amenaza a la libertad de expresión y el resto de libertades individuales”.

Ortigoza, Analía.


Había una vez...Historia de Papel Prensa

Buscando fuentes para poder contar una historia neutra de Papel Prensa, me encontré con muchas dificultades. La mayoría de las historias estaban cargadas de componentes subjetivos, que direccionaban la información hacia uno u otro eje (Eje del Mal, Eje del Bien, ejes totalmente variables, a los que cada uno puede ponerle nombre y apellido).

La siguiente me pareció una de las versiones más cercanas a lo que podríamos encontrar en un manual de historia, que como introducción, y sólo como eso, puede ser útil.

Papel Prensa S.A. es una empresa argentina dedicada a la producción de papel de diario. Fue fundada en 1972, y su planta, inaugurada el 27 de septiembre de 1978, está ubicada en la localidad bonaerense de San Pedro.

Es operada por un directorio elegido por la asamblea de accionistas. El Grupo Clarín posee el 49 % de las acciones y el resto se reparte entre el diario La Nación y el Estado argentino.

En 1969, la dictadura militar encabezada por Juan Carlos Onganía creó el Fondo para el Desarrollo de la Producción de Papel y Celulosa, por medio del decreto ley 18.312, para crear la primera empresa nacional de papel prensa y celulosa. Con esto, las importaciones de papel de diarios se encarecieron en un 10% durante los diez años que duró el impuesto, destinado a financiar la participación del Estado en una empresa que fabricara papel de diario.

En 1972, el Gral. Alejandro Agustín Lanusse asignó el proyecto a César Augusto Civita, César Doretti, Luis Alberto Rey y Editorial Abril S.A, que pasaron a controlar la compañía, a pesar de que la licitación, en la que participaron otros dos oferentes además de Civita - Rey y Doretti, se declaró desierta porque ninguno de los proyectos cumplía el 100% de los requisitos del pliego. De acuerdo al contrato entre el Estado y Papel Prensa, el Estado asumiría una participación minoritaria y se retiraría del proyecto a los 10 años de la puesta en marcha, lo que nunca ocurrió.

En la asamblea del día 30 de Abril de 1973 se aprobó una emisión de acciones donde la empresa pasó a ser controlada casi en su totalidad por Luis A. Rey y por Rafael Ianover7 . En 1975 "Ingeniería Tauro SA" y el Ing. César A. Doretti transfieren 1.568.650 acciones a la compañía Galerías da Vinci S.A., la cual pertenecía al Grupo Graiver desde el 17 de Abril de 1975. El día 02 de Noviembre de Rey transfiere 271.050, de las cuales 86.000 cuya titularidad se halla controvertida. Graiver, que además tenía fuertes vinculaciones con grupos militares por haber sido subsecretario de Lanusse, quedó así en control de la compañía.

El 07 de Agosto de 1976 en un accidente aéreo cuestionado en México fallece Graiver. En Argentina, su viuda y su hermano vendieron sus acciones a la sociedad denominada "FAPEL", constituida Clarín, La Nación, La Razón, Héctor Magnetto, Bernardo Sofovich, Patricio Peralta Ramos, Marcos Peralta Ramos, hugo Fernándo Peralta Ramos y Ernestina Herrera de Noble 8 . El 2 de noviembre de 1976, se firmó el convenio de acciones de la sucesión de Graiver, a través de Juan Graiver, Eva Gitnacht de Graiver y Lidia Papaleo de Graiver, ésta última ejerciendo la patria potestad de su hija María Sol Graiver, y de Ianover. Además, el mismo día se transfieren la totalidad de las acciones Doretti, Rey e Ingeniería Tauro. El 11 de Noviembre mediante conferencia de prensa realizada en la sede de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas se informó que "múltiples circunstancias decidieron la ventaja de esa operación, con beneficio para los intereses de la República, la que no tendrá que comprometer importantes inversiones en una nueva planta en cuya construcción hubiera tenido que encarar FAPEL S.A." 9

En el mes de marzo de 1977, los familiares y miembros del grupo Graiver fueron ilegalmente detenidos y sus bienes intervenidos, siendo acusados por el gobierno de haber recibido parte de los fondos que la organización Montoneros percibiera como rescate en el secuestro de los hermanos Born.

Luego de la detención de los Graiver, el ex almirante Massera, integrante de la Junta Militar que gobernaba de facto, buscaba intervenir la compañía argumentando que los diarios eran una "pantalla" de los Graiver, y que los Graiver (y en consecuencia la Organización Montoneros) seguían vinculados a la empresa10 . Massera controlaba en área de prensa de la dictadura, y quería controlar el abastecimiento de papel para influir a los diarios.10

Debido a la polémica por la supuesta vinculación Graiver - Montoneros y la compra hecha al Grupo Graiver, en mayo de ese año, Clarín, La Nación, La Razón afirmaron en el artículo "A la opinión pública" publicado en los tres diarios, que la compra de la compañía "se celebró a la luz pública y con el consentimiento previo y posterior del Estado". Según la nota, se resguardaba el abastecimiento de papel para todos los diarios.4

La dictadura militar intervino "Papel Prensa" en agosto de 1977. A los cinco meses se levantó la intervención.

En septiembre de 1978, en plena dictadura argentina, un grupo de empresarios, entre los que se encontraba la propietaria del Grupo Clarín,Ernestina Herrera de Noble, y del diario La Nación, Bartolomé Luis Mitre, inauguraron la planta de Papel Prensa.11

Fuente: Wikipedia.

Boero, Luciana.

martes, 5 de octubre de 2010