lunes, 30 de agosto de 2010

DATOS Y ANTECEDENTES DE LA MINA SAN JOSÉ.

La mina San José está ubicada a 45 kilómetros al noroeste de Copiapó, en el desierto de Atacama, y comenzó a ser explotada en 1889. En 1957 Jorge Kemeny Letay, un inmigrante húngaro, llegó a Vallenar y comenzó a explotar hierro. Tras su éxito se interesó por el yacimiento de cobre con oro y creó la compañía Minera San Esteban. Luego su hijo Marcelo quedó al mando de la compañía, quien se asoció con su cuñado, Alejandro Bohn. Éste pasó a ser el gerente general.

La mina tiene una planta de 300 trabajadores, que extraen más de 600 toneladas anuales de cobre, lo que coloca al yacimiento en la categoría de mediana minería. Sus ventas anuales superan los US$20 millones de dólares.

Entre 2003 y el 2010 distintos accidentes en el yacimiento han costado la vida a tres mineros y dejado lesionados a otros dos. En 2007 la muerte de un geólogo provocó el cierre de la mina San José, pero en mayo de 2008 el Sernageomin, autorizó la reapertura total tras una revisión y el compromiso de mejoras en seguridad. En julio de este año el minero Gino Cortés sufrió un accidente y perdió una pierna.

La empresa no sólo enfrenta un complicado momento debido al accidente minero en copiapó sino que además registra un historial de demandas y recursos judiciales en su contra.

MÁS DEFICIENCIAS.

Enrique Cortés trabajó un año como conductor al interior de la mina San José. A principios de este año se cambió de trabajo preocupado -asegura- por las deficiencias en seguridad que presentaba el yacimiento, y es por eso que hoy asegura que hay accidentes que nunca salieron a la luz pública.

Incendio de camión: Según recuerda don Enrique, en diciembre del año pasado ocurrió el más grave de estos hechos, con el incendio de un camión en el interior de la mina y del cual fue testigo y víctima.

"Se quemó un camión porque era mucha la temperatura, se le prendió el turbo, se calcinó y no pudieron hacer nada", comenta este minero quien explica que el accidente sucedió mientras el turno de la mina estaba abajo trabajando. Asegura que junto a las 23 personas que estaban en el interior "tuvimos que arrancar todos al refugio, hacia donde se dirigieron los muchachos. Nosotros no pudimos salir, tuvimos que dar la vuelta y quedarnos en el fondo y cruzar los dedos para que los gases no llegaran allá. Sabíamos que el humo tenía que subir, eso lo teníamos claro".

Este minero continuó señalando que "menos mal que el niño que andaba en el camión ese día atinó a arrancar hacia abajo porque a la hora que lo hace hacia arriba se muere". Don Enrique explicó que "los trabajadores que estaban en el exterior vieron salir el humo negro por la chimenea de ventilación", pero que no pudieron hacer nada y que debieron esperar a que el camión se consumiera. "Estuvimos como de las dos (de la tarde) hasta alrededor de las seis de la tarde", indicó el trabajador, y por eso asegura que el refugio ya ha servido en situaciones de resguardo en emergencia. Este minero cuenta que finalmente pudieron salir gracias a la acción de sus compañeros que sacaron el camión, pero su denuncia es que el accidente nunca fue investigado.

Cortés era una de las personas encargadas de mantener abastecido de comida y agua en el cajón del refugio minero y por eso afirma que en el periodo que trabajó en el yacimiento "adentro del cajón había como 25 litros de agua, cuatro frazadas, dos tarros de cholgas, dos tarros de atún, todo lo que es conservas, pero no en cantidades". Ahora, don Enrique confía en que si sus antiguos compañeros lograron llegar al refugio, al menos cuentan con alguna ración de emergencia. Texto pertenece y es copiado al DIARIO ATACAMA


José Luis Morelli. Grupo 3.

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