jueves, 26 de agosto de 2010

Terrible accidente en mina chilena

Los 33 trabajadores chilenos, atrapados en la mina de Copiapó, en el norte del país, desde el 5 de agosto, están con vida.Estiman que llevará, al menos, 3 meses sacar los mineros del refugio.

Tras 17 días de búsqueda, revelaron estar en excelente estado de salud y con buen ánimo, pero pidieron al presidente, Sebastián Piñera, ser sacados cuanto antes "de este infierno".
"Estamos bien en el refugio los 33", señala el mensaje escrito en un papel con letras rojas y que fue hecho llegar a la superficie a través de la sonda que a las 6 de la mañana alcanzó el refugio de emergencia, a 688 metros de profundidad.

Según las declaraciones del empresario y dueño de la mina San José, Alejandro Bohn, este no es momento de asumir culpas ni perdones. El jefe de la mina también hizo énfasis en el hecho de que los trabajadores atrapados contaron con todo lo necesario para poder sobrevivir dentro del yacimiento. Además, hizo hincapié en que se trata de una catástrofe sin precedentes en la minería mediana de Chile."Si yo hubiese tenido el más mínimo antecedente que una catástrofe como la que vivimos nunca hubiera permitido que nadie entrara a la mina", declaró Bohn.

Pero la realidad para muchos chilenos no es la descrita por Bohn. Hay discusiones acerca de las condiciones de la mina San José y sus antecedentes. Según ciertas fuentes la mina posee una condición geológica insegura y un largo historial de antecedentes. Al parecer, minería San Esteban (dueña de la mina San José) tenía acumulado un prontuario de accidentes anteriores a esta tragedia. Trabajadores y sindicatos habían hecho reiteradas denuncias a la minería incluso exigiendo el cierre de la mina San José, por supuestas falencias en materia de seguridad; pero los tribunales de justicia habrían rechazado dichos antecedentes y fallaron a favor de la empresa.

Por el momento sólo queda esperar el rescate de los obreros atrapados y el avance de la investigación anunciada por el presidente chileno.

Por Belén Banaudi y Diego López Madeo.

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