lunes, 3 de mayo de 2010

Tratamiento de los medios y La historia de lucha de una madre


Tratamiento de los medios.

15 / 04 / 2010 – Sentencia.

Los medios mostraron su AUCENCIA en la lectura de la sentencia.

El jueves 15 de abril, cinco genocidas se sentaron en el banquillo de acusados para ser juzgados como se debería haber hecho hace más de 30 años.

Una multitud de gente se hizo presente en el Tribunal Federal Nº 1 (Oroño 940) para acompañar a los familiares de los desaparecidos, querellantes y sobrevivientes; y para apoyar y demostrar que “LA ÚNICA LUCHA QUE SE PIERDE, ES LA QUE SE ABANDONA”.

La lectura de la sentencia se transmitió, para los presentes que esperaban ansiosos la condena en la puerta del Tribunal por calle Oroño, por televisores. TODOS PODÍAN VER Y OIR. Los periodistas y fotógrafos, coparon el escenario montado enfrente del tribunal para el previo acto a la sentencia, todos parecían interesados en mostrar a la Argentina entera el hecho histórico que estaban presenciando. Sin embargo, quedó muy claro que sólo transmitieron lo que querían o, incluso, lo que les convenía. Sólo unos pocos diarios describieron y comunicaron el momento como verdaderamente se había vivido, sin censuras y con la carga emocional que un suceso así Merece.

Lo más sorprendente fue, que ninguno de esos diarios que realmente informaron, eran los que cotidianamente eligen los rosarinos todos los días. La prensa impresa que más consume la gente, es fría y autocensurada, y aún así, es la más vendida. Por otro lado, los diarios nacionales, tampoco estuvieron muy interesados en comunicar lo ocurrido el 15 de abril. Uno de estos, ni siquiera lo publicó, otros, lo redactó desde la máxima frialdad.

Los noticieros, no se quedaron atrás, apenas transmitieron unos minutos de la lectura y algunas palabras brindadas por las madres de plaza de Mayo. Mientras Amelong se colocaba la bincha de “Preso Político” generando un gran repudio en todos los allí presentes, los noticieros cerraban la nota pasando a otra sección. Cuando, algunas noticias relevantes para la NACIÓN tienen y se presentan con una introducción y hasta una opinión o critica, LA SENTENCIA A 5 GENOCIDAS se trató como una noticia más, sin mayor importancia ni dedicación.

Los medios de comunicación que hoy son elegidos por los mismos consumidores para mantenerse COMUNICADOS, mostraron que después de 34 años la censura sigue, pero no es creíble que ocurra por miedo, sino por CONVENIENCIA.

Los medios más “comprados” hoy día no nos benefician en nada, sino que nos ofrecen lo que quieren transmitirnos más allá de la verdad. Sin embargo, los que realmente brindan esa información que necesitamos adquirir, son a los que menos recurren.



“Estoy y voy a estar toda la vida, porque el pañuelo blanco y el título de madre de desaparecidos, que nos dieron los militares, creo que no me lo puede sacar nadie, está grabado a fuego”.
Herminia Severini

LA HISTORIA DE UNA MADRE QUE HIZO DE LA LUCHA UN ESTILO DE VIDA.

Enfermera por profesión, militante del partido comunista, activista gremial, maestra de oficio y una incansable Madre de Plaza de Mayo. Esta es la historia de vida de una grande: Herminia Severini.
Nació en Correa en 1926. Es hija de inmigrantes italianos pobres –penúltima de 16 hermanos- por lo que desde muy chica estuvo siempre detrás de sus ellos. A los 11 años debió hacerse cargo de uno de sus hermanos luego de haber sufrido un accidente, por lo que Herminia comenzó su trabajo de enfermera como autodidacta cuidando y curando a su hermano. Fue ahí cuando descubrió que su vocación estaba en cuidar la parte humana.
A los 30 años, divorciada y con dos hijos a cargo Daniel Enrique de 7 años y Adriana María Bianchi de 20 meses, comenzó a trabajar de mucama en un sanatorio. Debido a que tenía el primario incompleto y su experiencia autodidacta de enfermera, decidió rendir libre 5º y 6º grado para poder continuar capacitándose de lo que a ella le gustaba: enfermería. Y así, brindarles lo mejor a sus hijos, y sobre todo educación.
Herminia supo cómo utilizar las palabras de herramienta para reivindicar sus derechos y los de sus compañeros, supo que unidos, jamás serían vencidos. Que la fortaleza provenía de la unión de todos. Que a través de la educación podrían tener una herramienta de lucha y de cambio social. Lo que Herminia no sabía es que su lucha solitaria y su tezón por conseguir la igualdad de género –entre otras cosas- quedarían impregnados en su hija Adriana, quien segiría sus pasos para conseguir el cambio social que se estaba gestando y que ellos con su militancia iban a lograr. Y que el 4 de enero de 1977 ella sería una víctima más del Terrorismo de Estado.
“Equivocados o no, confiados, los jóvenes, lucharon. Creían que iban a producir el cambio. Yo, con un poco más de experiencia, tenía mis dudas. Les decía que el pueblo no estaba preparado para ese cambio social, pero ellos estaban convencidos de que si. Y lo peor de todo: los dirigentes. Fueron los traidores que entregaron a mucho de nuestros hijos a los militares, se han transformado en dirigentes a favor del gobierno, traicionando al pueblo y a la sociedad entera, porque son traidores, al servicio de la burguesía y del capitalismo. No tienen miedo de ser serviles y traicionar al pueblo y eso no sirve”.

“Ella me decía "mamá vos me enseñaste a pelear y a luchar y hay que llegar hasta el final".
Herminia: Sí, pero el final...Cuando hay tanta gente desaparecida, yo veo que se los llevan y no vuelven más, y no sabemos donde están de un día para el otro. Seguro que un día vengo y no te encuentro ¿y qué hago yo?
Adriana: No, vos quedate tranquila que soy yo la que te tengo que dar la noticia.
¿Pero si vos no das noticia?
Adriana: Bueno, no vayas nunca a la policía a buscarme, porque es lo peor que podes hacer”.
“Yo viajaba. Ella estaba en Santa Fe, en una localidad a unos 60 km. de Rosario, y nos veíamos el primer domingo y el último de cada mes. Yo viajaba a verla, y a mitad del mes, me llamaba porque tenía que ir a buscar la ropa porque dormían en una pensión o en una casa, y se tenían que ir porque los perseguían. Yo siempre insistía, en que adentro tenían traidores, pero ella era joven y eso no lo veía y hasta que un día en Santa Fe salió la noticia que abatieron a cuatro, ellos decían un enfrentamiento, los militares decían que era un enfrentamiento. Yo sigo diciendo que fue una emboscada, o por ahí, los levantaban cuando estaban durmiendo. No sólo que se los llevaban a ellos sino que robaban todo, porque además de asesinos, eran ladrones… Hasta que un día apareció el nombre de ella en el diario... que la habían abatido... que estaba muerta. Tuve que viajar a ver si realmente era su cadáver. En ese momento, ellos nos querían dar un cadáver a cada uno, hombre o mujer, no les importaba. Los milicos pensaban que dándonos un cadáver cualquiera, nosotros nos íbamos a callar”.
No sé si ellos creyeron que nosotras nunca íbamos a hablar o que nunca podríamos salir a decir lo que nos pasaba,.. Pero fue el dolor lo que nos sacó a las calles a muchas de las madres... a algunas no. Todavía hay algunas madres que no pueden decir que sus hijos están desaparecidos. A mí me parece, que esas mamás, tienen un dolor tan grande, tan grande, el no poder compartir ese dolor con otras madres, es muy trágico, es muy feo... Pero hay que entender todas las situaciones. En Buenos Aires, las madres se organizaron en seguida...la historia del pañuelo blanco, que se reunían y no se conocían. Un día dijeron vamos a ponernos el pañal de nuestro bebé, y ahí fue la creación del pañuelo blanco para encontrarse y saber que se era una madre, pero en cambio, en Rosario, no se hizo enseguida el grupo de madres, porque eran familiares. Participaban la madre, la abuela, el tío, el padre, en fin, todos. En 1990, más o menos, se forma madres de plaza de mayo de Rosario.
Los militares crearon un terror para el resto de la vida. Esto tratamos de decirles a los jóvenes. Sobre todo que estén unidos, que se cuiden, pero que no dejen de luchar, que esto no termina, y nosotros llevamos la palabra, la memoria...


Pero si la memoria no se practica... Si la memoria no la hacemos presente, entonces no sirve.

Román, Rocío - Stip, Nadia.

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