ELECCIONES UNIVERSITARIAS: UNA OPORTUNIDAD DE PARTICIPACIÓN

Patricia Martinez Dufour

Para muchos jóvenes, la participación política en el ámbito universitario, constituye una oportunidad en la iniciación de los debates ideológicos. Marcados por el espíritu anímico de un tiempo precedente, el paso por la escolaridad media, el ejercicio del voto es un reconocimiento de confianza hacia quienes le representarán en sus intereses de estudio. Las deliberaciones se viven entre pares, compañeros de una misma elección académica. El diálogo es mucho más cercano y la posibilidad de una opción está tan al alcance de la mano, como el mate que entre charla y charla, acompaña la intencionalidad proselitista de cada agrupación.

El clima de las votaciones universitarias compone un paisaje de diversos e icónicos colores. No basta el tener un nombre que identifique cada postura. Se impone pintar la pertenencia y así, en los pasillos de la facultad, se mezclan los verdes, morados, naranjas, celestes, rojos, azules. Cuelgan carteles. Se confunden las volanteadas, la música y hasta una radio abierta se ocupa de mantener el pulso de un entusiasmo sin pausa.

Durante tres días el dictado de clases también altera sus formas. Los candidatos “visitan” las comisiones brindado la información convincente para ser votados. Los profesores aportan el espacio y respetan esas interrupciones, porque saben que el modo más acertado para enseñar democracia es propiciar desde lo concreto lo que tendrán que sustentar en sus enseñanzas teóricas.

El resultado que conocerá pasados esos días de trabajo arduo y constante. Y el gobierno de la Universidad se habrá consolidado una vez más por la participación de todos, entre todos y para todos. Pero mientras dura el calor de esta pulseada , lo más importante es el estudiante que decide, el que también está aprendiendo una disciplina de participación y compromiso social que lo cuenta como único protagonista.