Como jóvenes universitarios creo que este año enmarcado por la víspera del bicentenario debe ser un disparador para repensar el rol de la universidad y el mandato que tenemos como futuros profesionales, profesionales con férreo compromiso social.
Los jóvenes históricamente han sido motorizadores de grandes cambios y transformaciones, el bicentenario es un punto de partida para que las nuevas generaciones construyamos a partir de nuestra historia un proyecto de país en conjunto con el resto de los actores sociales.
Como dice José Ingenieros “la juventud es lavadura moral de los pueblos. Cada generación anuncia una aurora nueva, la arranca de la sombra, la enciende en su anhelar inquieto. Si mira alto y lejos es fuerza creadora”.
Como estudiantes de determinada disciplina tenemos una responsabilidad social, colectivizar el conocimiento, en función de lograr un bienestar para la sociedad. Tenemos grandes desafíos a futuro, el cumpleaños numero 200 de la Argentina siembra en la juventud sentimiento de pertenencia tanto del país como de América latina.
Figuras como Ricardo Falcón (licenciado en historia y docente investigador de la Universidad Nacional de Rosario) Marcelo Cavarozzi (doctor en Ciencia Política) coincidieron en que la principal meta de nuestro país es avanzar sobre la inclusión social de aquellos sectores marginados.
“Consolidar la democracia, ampliar el terreno de libertad sindical conseguir expresiones en sentido laboral y social mas importante y bajar los niveles de pobreza y de miseria que existe hoy muy alto, en el marco de un crecimiento económico sostenido en los últimos años evidentemente no ha sido acompañado por un descenso de los índices de pobreza” esto compartía Ricardo Falcón junto a los estudiantes en una charla llevada a cabo en el marco de las Jornadas del Bicentenario realizadas en la Facultad, tratando de generar conciencia en los jóvenes acerca de los objetivos de nuestra nación.
Finalmente a modo de reflexión creo como estudiantes debemos dejar una huella en nuestro paso por la facultad, no ser clientes de una maquina expedidora de títulos habilitantes sino ser parte de una facultad formadora de hombres sensibles ante la realidad.
Por Ivana Sacco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario