viernes, 19 de noviembre de 2010

El NO-BICENTENARIO: La mirada del ojo humanístico


Por VIRGINIA RAVAIOLI

Con los anteojos de una antropóloga, la Licenciada Eugenia Ruiz Bry, tiene una visión particular a cerca del festejo del Bicentenario en el 2010: “Si bien es cierto que la Independencia no ocurrió súbitamente en 1816, sino que está inscripta en un proceso que comenzó en 1810, pero que de ningún modo fue un solo momento y nada más; no es menos cierto que la conmemoración del mismo debería reflejar eso” –esgrime Ruiz Bry -. “Sería interesante hacer una “movilidad” de la celebración, que bien empezada está este año, pero que debería prolongarse hasta dentro de seis años más”, señala y añade: “Si la celebración va ser algo puntual del 2010 (quizás aprovechado por el clientelismo político), no estoy de acuerdo; porque en verdad no refleja fielmente la verdadera historia de la carrera de los criollos por conseguir nuestra Independencia.”

La antropóloga – de imborrables raíces españolas- declara que, pese a todo, le parece muy auspicioso el hecho de que el tema haya “entrado en la agenda”. “Más allá de si la celebración cubrió o no las expectativas, me parece muy interesante que el tema haya entrado en escena. Desde los 70’, con el golpe militar, nunca más se había vuelto a hablar con tanto énfasis sobre esta cuestión. El debate mismo, que genera pensar la antinomia “Bicentenario Sí- Bicentenario No en el 2010”, logró poner una mirada sobre América Latina, que nos hacía falta”-explica-.

Con una clara mirada profesional, pone sobre el tapete un rasgo casi identitario de América Latina: la dominación que nunca termina y, peor aún, continúa. Cambiamos de collar, pero no de perro; pasaron cuatrocientos años, pero nosotros para Europa –e incluso para la misma España- seguimos siendo ‘los sudacas’, hayamos hecho lo que hayamos hecho en intentar redimir la situación.” Recuerda Ruiz Bry, la solidaridad grandiosa que tuvo el pueblo mexicano y argentino, para recibir a los exiliados españoles en la guerra civil; recuerda, también, que el gobierno español invitó años atrás a nuestros académicos odontólogos a radicarse en el territorio español para “enseñarles” los conocimientos sobre la carrera, y una vez solidificada toda la estructura odontológica allí, los cuasi-deportaron. Piensa, así mismo, en la incontable cantidad de trabas y requisitos que pone España a la hora de dejar ingresar turistas argentinos –si tienen suerte de no salir elegidos al azar para ser deportados- (pero, ¿a caso los que “vinieron a hacer la América” al territorio argentino y entraron sin más papeles que el documento de identidad un siglo antes, no eran-entre otros- españoles?); “Parce que simplemente no calificamos para salir de esa categoría inferior en la que nos pusieron”, y concluye que es interesante analizar estas cosas, para replantearnos quiénes somos y por qué estamos parados donde estamos.

Sobre el final de la entrevista, Ruiz Bry, elogia considerablemente el spot publicitario de la cervecería “Quilmes” sobre el “CIENTOVEINTENARIO”, que ensambla – como dice la publicidad-“dos grandes festejos”: el Bicentenario, y los 120 años de Quilmes. Según su punto de vista, los resultados fueron óptimos porque hicieron ir del desconocimiento al conocimiento: por más bochornoso y aberrante que sea, que un chico que atravesó la escuela secundaria no sepa por qué le hace reír que Cornelio Saavedra se pregunte si la que está hablando con otro, es o no su esposa, al menos le hizo preguntarse quién fue Saavedra, y ahora lo sabe.

Luego de proponer que en cada uno de los seis años que siguen deberían señalarse los acontecimientos que fueron encadenando el desenlace final de 1816, plantea que se pueden seguir haciendo festejos mucho más completos y mejores en términos de seriedad, de claridad, de representatividad y que dejen un mensaje que no esté manejado: “(…) un mensaje llano, que recupere cuidadosamente los sucesos de la historia tal cual fue.”

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