Algunas declaraciones realizadas por
-El hecho de que “los medios operen como partidos políticos”, ¿implica que estamos en un momento donde la política por sí sola ya no alcanza para hacer política? De ser así, ¿a qué se debe?
-La relación entre medios y política tiene ya una larga historia. Desde la aparición de la prensa de masas se fue modificando la forma de forma de hacer política, y con la consolidación de la televisión a partir de los 60 del siglo XX estas modificaciones alcanzaron un nuevo estatuto que se puede resumir en la policy making. Actualmente la complejización de la mediatización hace que la relación entre medios y política adquiera un carácter sistémico ineludible. Esta cuestión general, articulada con las características del momento político argentino actual de confrontación entre medios y gobierno, hace que los medios puedan ser considerados directamente como partidos políticos. Lo que hay que remarcar es que dicha característica se produce en este contexto, es decir, que no es posible generalizar, pero de todos modos puede entenderse como una tendencia presente en las sociedades altamente mediatizadas de la actualidad.
-“La guerra de los zócalos” que se dio en la transmisión de esa noche entre Canal 7 y Canal 13, ¿a qué obedece? ¿Por qué esa necesidad de “salir a responderle” al grupo opositor? ¿Podría hablarse de un “reality show” de los medios de comunicación?
- Los medios usan los dispositivos que tienen a su alcance para lograr posicionamientos políticos específicos; todos los mecanismos y recursos habilitados por la tecnología actual son puestos al servicio de la generación de efectos; en tal sentido, no sólo los acontecimientos son construidos en directo y/u on-line, sino también los debates y las tomas de posición adquieren un carácter fuertemente presencial; es una manera táctica, práxica y provisional de ir construyendo el sentido de lo político que por supuesto adquiere tonos de reality-show.
-En la entrevista con Rosario3.com, usted señaló que: “(…) Ya no se es radical o peronista, sino clarinista u oficialista”. ¿Esta dicotómica postura es así sólo para los medios o también para la audiencia?
-Eso es sólo una manera de entender la producción de sentido en los medios. No se puede sostener que eso ocurra del mismo modo en las audiencias o los públicos. Es evidente que los medios construyen ciertos climas políticos; pero que el clima de los públicos coincida o no con el mediático es algo que no se puede inferir directamente, sino que habría que testearlo con investigaciones empíricas específicas.
-¿Qué lectura puede hacerse de la enorme cantidad de gente que asistió –alegremente y sin disturbios- a los festejos del Bicentenario en la 9 de Julio? ¿Podría decirse que la presidenta Cristina Fernández quedó en mejor posición que Macri y su apertura del Teatro Colón?
-Desde el punto de vista de la eficacia de la estrategia comunicativa de la conmemoración del Bicentenario, creo que sí el gobierno quedó mejor posicionado que la “oposición”. De todos modos, insisto en que no es posible sostener relaciones directas entre ello y el ánimo de los públicos. Podría entenderse que el “clima” que logró la estrategia oficial fue más agradable que el de la oposición. Resalto con ello el carácter ambiental –casi ecológico- del funcionamiento del sentido.
-Usted señaló también que la tecnología (en relación a los festejos de luces, láser y fuegos artificiales en el festejo en el Monumento en Rosario) fue usada para tocar la sensibilidad de la gente. En el mundo actual en el que vivimos, ¿ser concisos y usar el recurso de la tecnología es el único medio de llegar a captar la atención de la gente?
-No, no es el único medio. Pero me pareció importante resaltar lo acertado de la elección de los recursos disponibles de la mediatización actual para la puesta en escena de la conmemoración, porque creo que con ello se puede lograr una interpelación e identificación eficaz con las sensibilidades actuales.
Por Virginia Ravaioli
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